Tenía una señora, pero tenía muchos hijos y… pero todos casaus y muchos nietos y… bueno, no le faltaba de nada, pero… para cuidar ella y luego le dio una, una enfermedad, trombosis o demonio, sinco años pasó, yo cogiendo aquello pa levantar y pa meter a la cama, me fastidió toda la sintura, y buah… gaxua, me dio mucha pena pero, no podía hablar, y… de repente se le vino, comió a mediodía muy bien, y luego… pusimos a haser siesta, y… con un hijo, hijo vino de ahí de Ribera que tenía unos vascasiones o no sé qué, y… yo a fregadera, claro, y y y sentí que estaba hablando, yo, gritando de genio estaba, “¿por qué le va a despertar a esa mujer, eh?” ¿no es verdad? Y… me vino y me dise: “Venga”, y, ¿qué querrá desir?. Cuando le vi en seguida le dije: “ Uy, uy ya le ha dau”, y no creía esto el hijo ¿eh?, era veterinario, pero, no, no, “amatxo” no sé qué, “amatxo”, “que ya le ha dau, y… hala le dises a tus hermanas, y médicos y historias”, y efectivamente…
Seseo Vasco
